Os invitamos a recordar la película Malena. Se trata
de una historia ocurrida en la Italia de la Segunda Guerra Mundial, en un
pequeño pueblo en la costa de Sicilia. La historia la vivimos a través de
Renato, un joven italiano que nos cuenta, tiempo después, cómo conoció a
Malena.
El tema principal de la banda sonora es interpretado
por dos instrumentos poco frecuentes en el papel de solistas en bandas sonoras:
la viola y el saxo alto. El resultado es, sin lugar a dudas, precioso. Con
esto, Ennio Morricone nos demuestra, una vez más, que la música tiene ese
“algo” capaz de removernos por dentro.
Comienza la viola con acompañamiento de
cuerda, sugiriendo un motivo sencillo, que parece esconder algo más, como si
quisiera decir algo y, en el último instante, no lo dice. El timbre de la viola
también invita al espectador a sumergirse en un ambiente más íntimo y
melancólico. De esta forma, el motivo da paso a la intervención del saxo con un
crescendo precioso.
El tema del saxo es una maravilla. Es un motivo que
va descendiendo y que nunca queremos que termine, al cual la viola y toda la
orquesta responde. Da la sensación de que la viola y la orquesta no se
conforman con una sola intervención de ese tema que lleva el saxo, exigiendo
una segunda vez…y el saxo responde. Después, saxo y viola terminan juntos el
motivo.
Después, la viola, junto con la orquesta,
vuelve a sobrecogernos con un crescendo muy bonito, parece que esta vez la
contención que veíamos al principio ha desaparecido…sin embargo, el súbito piano de orquesta y la nota
mantenida de la viola nos envuelven un vez más en esa contención del
sentimiento, como el pequeño Renato enamorado de Malena, o en la propia Malena,
que resiste donde todos estallaríamos.
La orquesta sigue con el motivo inicial, pero lo
hace más breve para dar paso a la viola que, esta vez, nos hace vibrar con el
tema que tocaba el saxo…luego vuelve el saxo y lo repite, pero más corto. Por
último, la viola otra vez , una vez más con ese tema tan bonito del saxo, pero
más reducido, más corto que antes, lo que nos permite adivinar que se termina,
poco a poco, fundiéndose con la orquesta y desapareciendo.
No es un final triste aunque lo parezca, tampoco
feliz si es tu opinión. Yo creo que la música refleja algo más que todo eso, vamás allá…suena, la escucho, puedo entenderla o no pero, en este caso, me llevouna sensación que no se determina con palabras, y eso es lo bonito de este
arte. No son necesarias las palabras, así que olvidad lo que habéis leído y
escuchadla sin que nadie os moleste.
No conozco la peli, pero me ha llamado la atención. Esta noche te digo qué tal.
ResponderEliminarEs una película bonita, y la banda sonora es espectacular.
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